Con la función de dar soporte a la estructura superior del vértice de esquina de las casonas y generar mayor espacio de circulación para las personas, estos pilares estaban presentes principalmente en edificaciones dedicadas al comercio como bazares y almacenes de barrio. “Para la comunidad era una característica icónica del inmueble, cuando la gente decía vamos al negocio de la esquina, era al del pilar, siendo socialmente un lugar de encuentro, ya que abría la esquina y permitía mayor circulación. En el fondo era un punto estratégico en la trama urbana”, explica Marcela Soto, arquitecta del Departamento de Desarrollo Urbano de la Municipalidad de La Serena.
Con un carácter práctico y decorativo, estos componentes arquitectónicos surgieron durante los primeros compases de la Colonia española según los registros históricos, desarrollándose en plenitud entre los años 1600 y 1900 en casi todas las regiones de nuestro país, sobre todo en la zona centro y centro-norte del país, entre ellas La Serena.
Con diseños que dependían de los materiales y la riqueza del territorio “los más simples eran de madera, que no tenían mucho labrado ni diseño, ni siquiera tenían base, iban directamente clavados en el piso y se pueden encontrar en las zonas más rurales y desconectadas. Fue después con el desarrollo tecnológico y económico de las principales ciudades coloniales que empezamos a ver pilares hechos de piedra, que tenían un soporte superior mucho más tallado y con diseños artísticos mucho más complejos”, precisa la profesional.
Hoy prácticamente han desaparecido del paisaje urbano, sin embargo en La Serena continúan decorando anónimamente algunas construcciones del centro de la ciudad en lugares donde, con un poco de suerte, algún transeúnte puede apreciar la particular belleza de estos elementos del pasado hispano americano.
Uno de ellos es el pilar ubicado en la casa esquina de calle Colón con Rengifo, un trozo completo de piedra caliza, posiblemente traída de la cantera de Juan Soldado, la cual fue delicadamente tallada con motivos que recuerdan al arte de los pueblos originarios. Un bello ejemplar con un enorme valor artístico que por suerte al día de hoy todavía se conserva en buen estado, pero que al igual que sus pares de las esquinas Infante con Lautaro e Infante con Gandarillas, se encuentra en sectores más retirados que, de paso, los mantiene en buenas condiciones.
Es por esto que en el marco del Mes del Patrimonio, la Municipalidad de La Serena invita a toda la población a observar, conocer y generar conciencia sobre estos verdaderos trozos de historia de la arquitectura serenense que todavía sobreviven el paso del tiempo y que conforman parte importante de la identidad urbana de la comuna.